Michelle Bachelet ha logrado, como Presidenta de la República de Chile, hija, madre y abuela, equilibrar con éxito sus diversas labores y desafíos que la ubican como una de las mujeres más influyentes de las últimas décadas.
Hace 40 años atrás y con 22 años de edad, Michelle Bachelet tuvo que vivir uno de los episodios más tristes de su vida. Su padre, Alberto Bachelet murió víctima de las torturas provocadas por entonces miembros de ejército de Chile producto de su abierto rechazo al golpe de estado perpetrado por sus correligionarios uniformados. Por su lado, su madre, Ángela Jeria y ella sufrieron apremios físicos para posteriormente emigrar hacia Australia y Alemania lugares donde vivió la actual Presidenta de Chile y terminó sus estudios de medicina.
Desde su regreso a Chile, el año 1979 empezó una labor de militancia en el Partido socialista que la llevo a ser, después de retornada a la democracia, Ministra de Salud, de Defensa y posteriormente dos veces Presidenta de la República de Chile. Actualmente ejerce su segundo mandato culminando su primer periodo presidencial con altísimas cifras de respaldo ciudadano. Asimismo, entre sus dos periodos como Presidenta se desempeñó como la primera Directora de “ONU mujeres”, organismo destinado a luchar por los derechos de las mujeres y niñas alrededor del mundo y fundó la Fundación Dialoga, para seguir “contribuyendo a la renovación de ideas de centro izquierda y como un espacio motivador para la aparición de nuevos liderazgos”.
La mujer ha logrado, como Presidenta de la República de Chile, hija, madre y abuela, equilibrar con éxito sus diversas labores y desafíos que la ubican como una de las mujeres más influyentes de las últimas décadas.
¿Cómo lo logró? ¿Cómo alcanzó sus objetivos? Como toda mujer con mucho trabajo y con apoyo de miembros de su familia. El ser esposa, madre y profesional requiere de mucho trabajo de un tremendo esfuerzo de adaptabilidad, organización y resiliencia. Se necesitan no solo valor físico sino mental y emocional para lograr congeniar todos los elementos que hacen de esta mujer alguien digno de admirar.
Este ejemplo de mujer puede estar en cualquiera de nosotras. Es sólo proponérselo, puesto que a pesar de la dureza de los acontecimientos vividos, especialmente en los años de adaptación emocional, el sentimiento de superación ha sido superior a la desesperanza que hechos de tal magnitud hubieran instalado un sentimiento de impotencia y desaliento difíciles de vencer.
Los desafíos de Michelle siguen: durante su primer gobierno estuvo enfrentada a dos grandes problemas que afectaron a gran parte de la población chilena y causaron movimientos masivos que hasta hoy son un problema a solucionar que son las reformas a la educación y la implementación del transporte público en la ciudad de Santiago, llamado “Transantiago”. Actualmente se encuentra en el programa de modificación del régimen tributario que ha causado una abierta oposición especialmente del empresariado chileno.
Michelle Bachelet es la clara representación que, como la letra de la canción del cantautor panameño y ex Ministro de Cultura Rubén Blades reza: “La vida nos da sorpresas, sorpresas nos da la vida”.
supermujer.net 